Por: Daniel Omar Cobos Marín
Ilustración: Guillermo Préstegui, cortesía de Nexos
El examen de asignación, como instrumento de clasificación, sanciona un desempeño que parte, aparentemente, de una igualdad de condiciones, cuya premisa es que nivela el terreno para quienes se encuentran en desventaja, si se preparan lo suficiente y lo necesario; sin embargo, la desigualdad de condiciones de origen social ejerce un gran peso previo y posterior a la presentación del examen. Resulta necesario cuestionar si lo que se requiere entonces es un instrumento de clasificación, como se ha aplicado hasta ahora, o por el contrario uno que busque identificar carencias fundamentales, sociales y escolares, y que se articule con estrategias más decididas para atacar la desigualdad en el paso a la educación media superior.