Por: Miguel Rubio Godoy
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
Con la innecesaria complicación de extinguir los fideicomisos de un plumazo, sí se estará robando el futuro de los miles de alumnos que de un día para otro se quedarán sin becas y de los académicos de ciencias naturales, exactas y humanidades que de pronto verán desvanecerse los recursos para continuar sus investigaciones. Se estará despojando a infinidad de científicos de la libertad de diseñar y hacer estudios sin tener que preocuparse por que estos duren años y tengan resultados y necesidades imprevistos. México se verá birlado de una buena parte del aparato científico que ha costado medio siglo edificar y que puede demostrarse fehacientemente que ha beneficiado al país, paulatinamente impulsando su independencia. Y la comunidad científica mexicana se verá lastimada y mermada justo cuando a nivel mundial se reconoce la importancia de un aparato científico robusto para enfrentar los retos monumentales de la humanidad: la pandemia de covid-19 y la más preocupante aún afectación de la capacidad de nuestro planeta de sustentar la vida a causa de las actividades de nuestra especie.