Por: Paulina Covarrubias
Ilustración: Kathia Recio, cortesía de Nexos
El Estado mexicano nos debe a las mujeres y niñas una serie de enmiendas y atenciones. Entre ellas, valorar a quienes denuncian y confían en sus instituciones para que la experiencia de una sea la garantía de no repetición de otras. La información que se comparte a las instituciones contiene pistas para buscar a las 9079 niñas y 12 459 mujeres desaparecidas y para prevenir que las violencias se vuelvan letales. Omitir estas pistas no sólo implica que los relatos de las víctimas sigan perdiéndose en el laberinto de la burocracia, sino que las mujeres y niñas que aún pueden ser desvinculadas del círculo de la violencia continúen siendo olvidadas y susceptibles a ser violentadas, desaparecidas o asesinadas.