Por: Daira Arana y Víctor Antonio Hernández Ojeda
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
La masculinidad militarizada establece una relación jerárquica dentro y fuera de las Fuerzas Armadas. Hacia dentro, privilegia los atributos asociados a lo masculino, como fuerza física y la capacidad de ejercer violencia estoicamente hacia quienes son inferiores o enemigos, sobre las características asociadas a la feminidad por estereotipo como la emocionalidad, la debilidad física y la interdependencia. Hacia afuera, legitima un sistema de desigualdades basado en el género y la construcción de subordinados y enemigos. En México, la dimensión de la masculinidad militarizada ha sido poco estudiada con relación al aumento de la militarización en el país y los efectos que la intervención de las Fuerzas Armadas tiene en las comunidades. Aún menos se ha problematizado la educación militar en un contexto social en el que las Fuerzas Armadas gozan de una alta aceptación y confianza social.
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