Por: María Montoya Aguirre
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
Los hallazgos de las primeras auditorías al Tren Maya pueden resumirse en que el proyecto ha avanzado sin la planeación y coordinación adecuada para garantizar su sustentabilidad ambiental; la inversión no se traduce en mejoras en el desarrollo económico de la región, ni en el bienestar de sus habitantes. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) realizó una serie de auditorías al desarrollo del proyecto durante 2019 con distintos objetivos: evaluar su desempeño; fiscalizar la consideración del impacto social; el desarrollo urbano y regional en la planeación y ejecución de la obra; evaluar las acciones para determinar su impacto ambiental, y supervisar la gestión financiera y la evolución de los proyectos autorizados. Además, la ASF identificó irregularidades considerables en los recursos ejercidos, derivadas de deficiencias en el proceso de contratación: el uso de más de un tercio del monto auditado todavía debe ser aclarado.