Por: José Ahumada Castillo
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Un lado del argumento, concentrado en los valores liberales, se enfoca en defender los derechos fundamentales. Para sus críticos, sin embargo, es rápido en permitir intervenciones violentas en perjuicio del orden legal internacional o la soberanía. Cuando se le atribuyen intereses ulteriores este lado suele ser etiquetado de “imperialista”. La otra visión, preocupada por preceptos democráticos, se enfoca en la soberanía y, según sus detractores, acepta violaciones a derechos humanos; cuando se le atribuyen intereses ulteriores este sector es descrito como “cómplice”.