Por: Ainhoa Suárez Gómez
Ilustración: José María Martínez, cortesía de Nexos
En México, como parte de la Ley General de las Personas con Discapacidad, en 2005 se reconoció la Seña a nivel jurídico, lo que permitió integrarla al patrimonio lingüístico del país. Esta consideración implicó cambios en materia legal y educativa como aquel que busca garantizar el derecho de las personas sordas a recibir educación bilingüe, así como el fomento al estudio y divulgación de diversas variantes utilizadas en el país como la Lengua de Señas Maya Yucateca. Aunque se ha ganado terreno, especialmente en las últimas décadas, todavía hay mucho camino por recorrer. La investigación de la Seña plantea importantes retos sobre las capacidades humanas para utilizar el lenguaje en su sentido más general e incluyente, independientemente de su actualización o forma específica, así como preguntas todavía por explorarse en torno a los puntos de encuentro y desencuentro entre el lenguaje propiamente humano y el de otras especies animales.