Por: Noemí Na-yhan Núñez Mejía
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
En Michoacán, agricultores dedicados al sector aguacatero y limonero son amedrentados y extorsionados por grupos de delincuencia organizada sin que el Estado brinde seguridad y justicia. A esto se le suma que las estrategias de seguridad que incluyen la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública no han sido eficientes para hacer frente a esta situación. La crisis de inseguridad en Michoacán le ha arrebatado la estabilidad no sólo a los pobladores del estado, sino también al país; ha desequilibrado la economía nacional, pues la entidad es la principal productora de aguacate de México, con el 86.2 % de producto, así como la segunda en producción de limón, con el 24.1 %, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, con corte a abril de 2023. Las cuotas exigidas son impuestas por la siembra, el uso de agua, la cosecha, el empacamiento y traslado a los puntos de venta, por lo que existe variación entre los costos de la extorsión. Los grupos de delincuencia organizada amenazan y violentan para recibir el pago con acciones que van desde la quema de las huertas, empacadoras o tractores que paralizan los negocios, hasta amenazas de muerte a los productores. Reportes de prensa incluso recogen testimonios de limoneros que afirman trabajar “bajo las reglas que les imponen los cárteles como son los horarios y días de trabajo”.