Por: Isaac Vargas
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
La imbricación toma rostros particulares dentro una red de vínculos que forma parte de una economía criminal con ganancias millonarias insertada en una economía de escala global. En States of camouflage, Ieva Jusionyte plasma la historia de unos bomberos en Argentina que utilizaron una ambulancia y trajes propios del oficio para encubrir el tráfico de drogas. La idea de camuflaje, sentencia la autora, ayuda a comprender las conexiones estéticas, pragmáticas y morales entre el gobierno y la criminalidad. De este modo, nos preguntamos qué ha sucedido con estos testimonios a nivel de políticas públicas. Es decir, no sólo nos cuestionamos si la información fue tomada en cuenta por los ministerios públicos, también si estos casos de larga data sirvieron, o han servido, como base para crear análisis de contexto así como políticas de prevención. Las desapariciones forzadas pertenecientes a la base de datos enfatizan cómo, dentro de la guerra contra las drogas, la maquinaria burocrática complejiza el entendimiento de los frentes en conflicto, especialmente cuando el aparato del Estado aparece pluralizado mediante actores e instituciones que combaten, se inmiscuyen, incrustan o confunden con el crimen. Las incertidumbres aquí planteadas se mantienen hasta la fecha, puesto que la Comisión Nacional de Búsqueda ha dado a conocer un registro sin una base de datos pública, a la cual las familias no han tenido acceso a pesar de las exigencias hechas durante los últimos meses.