Por: Alicia Valentina Franco e Itxaro Arteta
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
“Salir del clóset” es ya un primer momento en el que se marcan diferencias entre las personas heterosexuales y las LGBTIQ+. De las primeras no se tiene una expectativa social para que reafirmen su identidad de género o su orientación sexual normativas. En cambio, quienes viven la diversidad suelen tener un proceso de informarle a familiares, amigos o colegas que su sexualidad o género no son los asignados socialmente. Esos momentos pueden ser complejos y desafiantes, ya que para algunas personas resulta un paso liberador y empoderador, pero para muchas otras genera presión y la posibilidad de enfrentar rechazo, discriminación y violencia. A partir de la Endiseg, analizamos cuántas personas y de qué grupo habían sufrido reacciones adversas al comunicar su identidad de género o su orientación con sus padres. Encontramos que el 16 % de las personas de orientación sexual no normativa fueron agredidas al hacerlo, y parece que fueron las personas que se autodenominan gay quienes sufrieron más agresiones. Mientras el 22 % de las personas de la diversidad de género que le dijeron a sus padres sobre su identidad no cis fueron agredidas al hacerlo, y parece que fueron las personas no binarias o de género fluido quienes más lo sufrieron.