Por: Mariana Barragán Torres
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
En semanas anteriores, se desató en redes sociales una controversia ante la universalidad de becas para niñas, niños y jóvenes en la Ciudad de México. Específicamente, la controversia en términos educativos se dividió en tres argumentos: la importancia de becas universales como instrumento de equidad; la importancia de becas condicionadas o no condicionadas (pero focalizadas) como instrumento de equidad, y sobre recibir becas universales sin estar condicionadas al desempeño académico o al mérito. De hecho, el mérito como resultado educativo debe ser cuestionado debido a su fuerte y positiva correlación con condiciones socioeconómicas familiares, tanto en el campo internacional como en el caso específico de México, por lo que no se puede hablar de mérito sin hablar de la desigualdad de condiciones en las que los estudiantes en México asisten a la escuela. En consecuencia, condicionar las becas a un promedio específico automáticamente excluye a las poblaciones que más necesitan de las transferencias.