La huella climática del Pentágono

Uno de los aspectos menos estudiados sobre las afectaciones ambientales a escala mundial es el relacionado con la militarización. Ello se debe a varios factores, como el de la secrecía.

Es difícil medir el impacto de operaciones complejas en numerosas escalas y múltiples territorios. | Víctor Solís
Nexos
Ciudad de México /

Por: David Herrera Santana

Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos

Las operaciones militares son una fuente enorme de emisión de contaminantes a escala mundial. El Pentágono, al ser el principal consumidor institucional de energía, es también una de las entidades más contaminantes, y lo ha sido por décadas. La huella militar tiene también su huella ecológica. No obstante, frente a las drásticas modificaciones producidas por el cambio climático, el DoD también ha percibido sus efectos disruptivos como un problema de seguridad nacional. Frente a ello, y ante la posibilidad de que las alteraciones climáticas también afecten drásticamente a las operaciones militares, se busca producir un sistema militar resiliente, de adaptación y corrección de daños, ante la negativa y práctica imposibilidad de cambiar los patrones mismos de militarización. Por ello, el antimilitarismo es, hoy más que nunca, una posición ética y política que aboga por una opción civilizatoria alternativa a futuro.

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