Por: Karla Unger Saldaña y Michael R. Reich
Ilustración: Oldemar González, cortesía de Nexos
El cáncer de mama ocasiona el mayor número de muertes por cáncer en las mujeres en México: sólo cerca de uno por ciento de los casos ocurre en hombres. La mortalidad por esta enfermedad ha aumentado desde hace treinta años; pero esto no tiene por qué ser así. En la mayoría de los países de altos ingresos, la tasa de mortalidad de cáncer de mama ha disminuido en 40 por ciento desde 1990. Esta reducción se atribuye a que al menos 60 % de los casos se diagnostican y reciben tratamiento en etapas tempranas. En cambio, en México, tan sólo 30 por ciento de los casos son diagnosticados en etapas tempranas. Esto debe cambiar. Para ello, se requiere de distintas estrategias a las que hasta ahora se han implementado. Se necesita dejar de lado la búsqueda intencionada de casos de cáncer de mama entre la población general que no tiene síntomas, conocida como “tamizaje”, y priorizar las estrategias dirigidas a acelerar el diagnóstico y el inicio del tratamiento en las mujeres que presentan síntomas.