Por: José Luis Sabau
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
El narco, entonces, importa; pasa, sin embargo, que lo solemos evitar. Es, primeramente, una cuestión de tiempos. Pensamos en la droga como un fenómeno contemporáneo que aún no se ha ganado un lugar en el pasado. En parte, esto se entiende. Los mayores problemas con el narco —su cúspide, si es que ha llegado— es relativamente reciente. La guerra contra el narco inicia, formalmente, durante el sexenio de Calderón tiempo que fácilmente todo lector puede recordar. No han pasado siquiera veinte años de los primeros operativos en Michoacán; siguen frescos sus colores en el mural de la historia —un movimiento errado y se han de difuminar—. Para complicar aún más el argumento histórico del narco, esa guerra sigue hoy en día. En México, mientras escribo estas palabras y usted las lee, aún mueren decenas ante las balas del crimen organizado o de nuestro Ejército.
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