La pobreza es un asunto distributivo

Cuando hablamos de pobreza nos referimos a la situación en la que una persona no cuenta con los recursos materiales considerados como el mínimo indispensable para desarrollarse de forma plena en una sociedad.

Para algunos, esto es nocivo por ser un reflejo de emociones nefarias (Víctor Solís)
Nexos
Ciudad de México /

Por: Luis Ángel Monroy-Gómez-Franco

Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos

La discusión pública hoy parece estar centrada más en la desigualdad que en la pobreza. Para algunos, esto es nocivo por ser un reflejo de emociones nefarias. También hay quien considera al énfasis en la desigualdad como una ociosidad o como una distracción de lo verdaderamente importante: la pobreza. Este breve ensayo va dirigido a este último grupo, con el fin de explicar por qué, aunque no sea del todo evidente, hablar sobre la distribución de recursos en una sociedad es hablar sobre la pobreza. Algo que a veces se pasa por alto es que las explicaciones que damos al porqué una persona es pobre usualmente se refieren a su capacidad para generar ingresos. Estas explicaciones parten de que el pobre carece de “algo” que el no pobre sí tiene y que le permite generar los recursos para vivir fuera de la pobreza. El “algo” usualmente se refiere al “capital humano”: educación, salud, habilidades socioemocionales y cognitivas. No obstante, si el monto de capital humano explica la diferencia de recursos entre alguien pobre y alguien no pobre, lo lógico es que también explique por qué una persona tiene más ingresos que otra, incluso cuando las dos no sean pobres. Es decir, lo que originalmente era nuestra teoría sobre por qué una persona es pobre es en realidad una teoría sobre los determinantes de la distribución de ingresos en la sociedad.

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