Por: Patricia Guzmán González y Antonio Villalpando Acuña
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
Ante la situación actual de pandemia y de suspensión de actividades, adicional a los riesgos de salud que enfrenta toda la población, las personas empleadas en el sector del trabajo doméstico son más vulnerables dado sus bajos salarios (menos de la mitad que el salario promedio del mercado de acuerdo con la OIT), la discriminación, violencia y abuso que se ejerce contra ellas por su género, origen o subvaloración de sus actividades, la falta de acceso a seguridad social y prestaciones laborales, así como por la exigua regulación y escasa cantidad de mecanismos que aseguren el cumplimiento de obligaciones por parte de las personas usuarias.
Lee aquí el artículo completo.