Por: Carlos Adrián Chablé Miranda
Ilustración: Guillermo Préstegui, cortesía de Nexos
Si abstraemos la idea de empresario con capacidad innovadora y la comparamos con el comportamiento del sistema bancario, encontraremos que, actualmente, un banco es una empresa con un complejo sistema de trabajo interno, y que en su hábitat existe un constante cambio derivado, en parte, de las innovaciones aplicadas al sistema bancario y financiero. En este sentido, el proceso evolutivo dentro del sistema financiero se ha tornado un tanto constante después de la internacionalización de las finanzas, ya que el aumento de nuevos actores a partir de las décadas de los setenta y ochenta ha desplazado en algunas funciones a la banca tradicional. Por otro lado, también han surgido nuevas actividades en dicho sistema como consecuencia de la creación de instrumentos financieros y su creciente demanda, a tal punto que en la actualidad la era digital se fusiona con este sistema para ampliar aún más la oferta de instrumentos y actores. Es así como la banca tradicional ha ido tomando un espacio secundario, ya que no es la única que ofrece nuevas herramientas para el consumidor.