Por: Víctor Alí Mancilla Gaytán
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
Las estructuras que definen el desarrollo del lenguaje de un humano están dentro de la boca. En un bebé, sus mandíbulas son mucho más cortas que en otras etapas de la vida. Sin embargo, tienen una mayor facilidad para realizar movimientos ondulados, mientras que las personas adultas solemos hacer movimientos verticales. Además, los bebés tienen unos cojines de grasa abultados en sus mandíbulas, conocidos como carrillos, que son lo que les dan esa apariencia tan cachetona que fascina a los papás y las mamás y son una característica muy importante no sólo en cuestiones de ternura, pues con ellos controlan el volumen de leche que ingieren, así como el paladar, que en el caso de los bebés es mucho más curvo, lo que facilita el flujo de los líquidos.