Por: Rodolfo De la Torre
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Es de llamar la atención que la población no pobre ni vulnerable —es decir, la que se encuentra sin carencias y con ingreso por arriba de la línea de pobreza— ha tenido una mínima afectación, manteniéndose su porcentaje por arriba del que existía en 2016. En términos del total de personas, este grupo ha aumentado constantemente su magnitud desde ese año. Esta situación se confirma para el periodo 2018-2020 con las cifras oficiales del Coneval. Manteniendo una forma alternativa de comparabilidad, las cifras muestran que, aunque el aumento reciente en la pobreza es más preocupante, no alcanza el alarmante incremento observado de 2015 a 2016; en suma, que la pobreza extrema demanda una atención que desde tiempo atrás no ha tenido, y sigue sin tener, y que esto último se combina con la persistencia de una población no pobre ni vulnerable, lo que es un camino seguro a una mayor polarización social.