Por: Sergio Monsalvo C.
Ilustración: Alberto Caudillo, cortesía de Nexos
En “Love Sick”, Bob Dylan lleva a cabo una particular disertación sobre dicho sentimiento –estar enfermo de amor–, anteponiendo siempre su proclama por medio de la poesía: un idioma que invita a perseguir la emoción y la reflexión y el cual siempre se decantará por el lado amoroso. Con esta obra, el autor no reclama una adhesión inmediata o un flechazo al primer pálpito. Por el contrario, prefiere desplegar una sostenida confesión dolorosa a lo largo de la melodía que compone la obra para construir la “enfermedad” paso a paso. Esa enfermedad que los médicos llaman limerencia. La obsesión de ser amado, muy relacionada con el enamoramiento, cuyas características hacen que se convierta en sufrimiento. Estoy enfermo de amor… De repente aparecieron las luces de aquella patrulla y un breve toque de sirena. Corto pero amenazador. Volteó en el mismo momento en que un uniforme descendía del auto. “¡Hey!, ¿qué anda haciendo por aquí?”, preguntó la joven oficial. “Busco una casa”, dijo Bob.