Por Ana Pecova
La abrumante mayoría de quienes están en la cárcel —95% de esta población— son hombres; mientras que las mujeres representan 5% de las personas privadas de libertad en nuestro país. Ante estos números el análisis desde la perspectiva de género resulta inevitable. ¿Por qué ser hombre, en este caso, parece ser un factor que aumenta las probabilidades que tiene una persona de ser encarcelada? ¿Qué significa ser hombre hoy en día en México? ¿Cómo se concibe y ejerce la masculinidad en el país y cuál es su relación con la cárcel, la delincuencia y la violencia? Atender esas preguntas no podría ser más urgente en el contexto actual.
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