Por Germán Castro
Ilustración: Alberto Caudillo
Los ninis encarnan personalmente una desgracia y están en desgracia social. Porque hay que subrayarlo: la desgracia del nini no es económica, es social: ningún nini padece hambre, a ningún nini están por echarlo por no pagar la renta… Podrá encontrarse en un hogar que enfrente situaciones económicas apremiantes, pero no asumirá como su responsabilidad atenderlas. De hecho, no cualquiera puede ser nini: se requiere de cierto amparo económico para la subsistencia, por lo general familiar.