Por: Maruan Soto Antaki
Ilustración: David e Izak Peón, cortesía de Nexos
Una extraña conciencia privada ha rondado esta época. Muchos de quienes en el resguardo o la irresponsabilidad encontraron una forma de inmunidad a la preocupación extrema y la angustia, se hicieron a la idea de que, si su esfera privada funcionaba así debía ser la norma del comportamiento. He escuchado y leído a tantos decir: nosotros lo hacemos bien. Extendieron su burbuja de ficción fuera de la frontera individual, como si ésta no existiera. Los demás, es una noción que se redefinió de mala forma. Como si se trataran de casas, vimos a gobiernos cuyas políticas dependen de su absoluta falta de consciencia sobre nuestras vulnerabilidades. Democracia, economía, solidaridad, compasión, empatía y gobernanza transformadas en apreciaciones privadas que no ven su fragilidad futura. Pública.