Por: VV. AA.
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Ideologización, nacionalismo, moralización, simplismo, excepcionalismo, anacronismo, individualización, exaltación celebratoria o revanchismo denigratorio: todos ellos han obstaculizado acercamientos mejor fundados y en última instancia más interesantes sobre aquel movimiento que fundó un Estado nacional independiente y sobre el contexto histórico que lo hizo posible. En buena medida, la esterilidad de los debates se ha relacionado con visiones simplistas, desinformadas, perezosas o directamente falsas, fundadas las más de las veces en oposiciones maniqueas y excluyentes: insurgencia contra realismo o insurgencia contra trigarancia; conservadurismo contra liberalismo; 1810 contra 1821; Hidalgo contra Iturbide o Iturbide contra Guerrero; pueblo contra élite; república contra monarquía, etcétera. Dichas oposiciones (más ideológicas e historiográficas que propiamente históricas) han terminado por sustentar interpretaciones lineales, fatalistas y monocausales.