Por: Jimena de Gortari Ludlow • Juan Manuel Núñez
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
Los paisajes sonoros están compuestos por una serie de estímulos acústicos que en su mayoría sobrepasan los límites establecidos, siendo perjudiciales para el óptimo desarrollo para el que fueron concebidos, además de ser una situación de la cual la gran mayoría de la comunidad afectada no es consciente. Por lo tanto, se hace necesario establecer e identificar zonas acústicas sensibles para proponer oportunidades de actuación a corto, mediano y largo plazo donde la participación activa de la comunidad involucrada permita minimizar las afectaciones por ruido y se trabajen recomendaciones para la política pública en materia sonora.