Por: Fernando Valenzuela Migoya
Ilustración: José María Martínez, cortesía de Nexos
Conforme nos adentramos en la tercera década del siglo XXI, el mundo se complejiza e interconecta cada vez más. El exceso de contenidos e información y la escasez de caminos conocidos para solucionar los desafíos emergentes impulsarán a los modelos existentes de educación superior (ES) hacia una acelerada y permanente transformación, a volverse más flexibles e introducir métodos innovadores de aprendizaje y enseñanza, así como a integrar nuevas formas de credencialización que respondan a la imperiosa necesidad de fomentar un ecosistema más amplio de posibilidades. Para crear escenarios futuros se identificaron señales —innovaciones capaces de alterar el statu quo— que permitieron proponer nuestros escenarios preferidos para el futuro. Algunas de estas señales responden a cuestiones en trayectorias hacia las tendencias dominantes, mientras que otras se refieren a cuestiones más emergentes que pueden o no alcanzar la madurez.