Por: Pedro Gerson
Ilustración: Adrián Pérez, cortesía de Nexos
Quizá desde México, con nuestros plantones eternos y marchas multitudinarias, un movimiento de unos meses nos parezca poca cosa. Sin embargo, desde el movimiento contra la guerra de Vietnam en los setenta, en Estados Unidos ha sido muy difícil que una protesta social perdure. A pesar de que el país lleva más de 15 años en una guerra sin fin en Oriente Medio, con miles de muertes de estadounidenses, iraquíes, y afganos (principalmente), de una desigualdad económica que cada vez se acentúa más,1 y del abandono progresivo del Estado en diversos temas como el cambio climático, la salud o la educación, en los últimos 20 años, los movimientos de protesta han sido fugaces y localizados.