Por: Julio Antonio García Palermo
Ilustración: David Peón, cortesía de Nexos
Para garantizar una educación de excelencia se debe apostar por respetar los derechos laborales de los trabajadores adscritos al Conacyt; por lo tanto, debe garantizarse un retiro digno, así como la basificación del personal con actividades permanentes y la implementación de programas de profesionalización del personal administrativo. Debemos contar con mayor presupuesto etiquetado para regularizar al personal académico y administrativo y eliminar el candado para la promoción de personal académico. Por estas razones es necesario: defender el presupuesto mediante consultas y foros en la Cámara de Diputados para que verifiquen la precariedad del sector de ciencia y tecnología; limitar el impacto de la jurisprudencia 10/21; resguardar y garantizar la progresividad de nuestros derechos con la participación del Conacyt, y fortalecer la unidad dentro de los sindicatos del sector educación, ciencia y tecnología. Como sindicatos debemos trabajar por eliminar el régimen laboral que ha vuelto a cientos de compañeras y compañeros —tanto académicos como administrativos— indocumentados laborales, y por erradicar la toma de decisiones unilaterales y el outsourcing académico. Por indocumentados laborales me refiero a las compañeras y los compañeros que realizan actividades laborales permanentes, comprobables y correlacionadas con los objetivos de generar y difundir el conocimiento pero no cuentan con definitividad o plaza que asegure la continuidad de sus contribuciones. Existe una deuda histórica con ellos y su regularización legal es necesaria: derechos laborales amplios y progresivos para todas y todos.
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