Por: Rigel Castañeda-Quezada
Ilustración: Gonzalo Tassier, cortesía de Nexos
La escasez de agua en México tiene un impacto directo en la calidad de vida de la población, especialmente en las comunidades rurales y marginadas. Tiene también un impacto en la economía del país, ya que muchas actividades como la agricultura y la industria dependen del suministro de agua. Por esta razón, se han implementado diversas acciones para hacer frente a la crisis hídrica, como la construcción de infraestructuras para captar agua de lluvia, la mejora de los sistemas de distribución y el fomento a la cultura del cuidado del recurso. Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes para garantizar el acceso al agua, sobre todo en las zonas costeras donde la calidad del agua es deficiente, así como la disponibilidad para todos los mexicanos. Por ello los organismos gubernamentales encargados de suministrar el recurso hídrico en México han propuesto la instalación de desalinizadoras como una solución para remediar la escasez de agua.