Por: Fernando Valdés Benavides
Ilustración: Adrián Pérez, cortesía de Nexos
La política industrial es el uso de las capacidades políticas, legales y financieras del Estado para generar mejores condiciones para el desarrollo de un sector económico. Esto bajo el supuesto de que una transformación productiva no ocurriría sin la intervención pública. Si bien su nombre parece indicarlo, la política industrial no está acotada a la “industria”; también puede aplicarse en el sector primario o en los servicios. Las herramientas para su implementación son diversas: reformas educativas, regulación laboral y económica, otorgamiento de créditos subsidiados, desarrollo de proyectos de infraestructura, de ciencia o tecnología, etc. Tanto el CHIPS and Science Act en Estados Unidos como la Digitalstrategieen en Alemania reflejan que la PI está de vuelta bajo una nueva presentación. Los países están yendo más allá de la industrialización o supremacía tecnológica; ahora integran objetivos relacionados al combate al cambio climático, la reducción de brechas digitales y de género, la aplicación de inteligencia artificial en empresas y el reordenamiento de cadenas de suministro.