Por:Aída Jimena Castillo Salinas
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
En noviembre de 2015 el gobierno de Canadá acordó reasentar a 25 000 refugiados sirios en un periodo de tres meses bajo el programa Operation Syrian Refugees. A poco más de seis años de la implementación de este programa, la dificultad en la integración de los refugiados sirios se ha vuelto latente en comparación con otros grupos de refugiados. El Programa de refugiados sirios surgió no solamente como un esfuerzo humanitario, sino que fue gestado también como resultado de intereses políticos que emergían en el contexto de las elecciones federales canadienses de 2015. Así, el gobierno canadiense —bajo el mandato del recién electo primer ministro, Justin Trudeau— se comprometió a recibir 25 000 refugiados sirios entre noviembre 2015 y febrero 2016, momento en que países europeos imponían medidas restrictivas para la recepción de refugiados como el cierre total de fronteras. Antes de la decisión de Trudeau, Canadá recibía aproximadamente 13 000 refugiados de manera anual, por lo que el despliegue de recursos para la recepción de 25 000 refugiados en tan sólo tres meses significó una enorme tensión en el sistema migratorio canadiense, en las comunidades receptoras, y en las organizaciones dedicadas a brindar ayuda y soporte a los refugiados en su reasentamiento.