Por: Sebastián Guevara y Santiago de Regil
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
Si bien el deseo de mejorar la igualdad de oportunidades educativas en México es obvio, los esfuerzos por ampliar el tamaño y el nivel de acceso al sistema público pueden resultar contraproducentes cuando no van acompañados de mejoras en el mercado laboral. En política pública, la educación ocupa un espacio primordial; es común escuchar que la educación es la llave para el futuro, para el progreso y para el desarrollo. Cada gobierno entrante presenta una propuesta para mejorar el sistema educativo. Durante las últimas tres décadas se ha apostado por expandir educación superior. En la misma línea, este sexenio se ha puesto en marcha el proyecto de crear 100 universidades nuevas con el propósito de aumentar el acceso de los jóvenes mexicanos a la educación superior. Esto lleva a la pregunta, ¿es este tipo de esfuerzos el que puede tener un mayor impacto sobre los salarios y el desarrollo en México?