Por: Santiago Levy
Ilustración: Ricardo Figueroa, cortesía de Nexos
Ese es el mundo de la informalidad, producto en parte y causa en parte del fracaso de nuestra seguridad social. En ese mundo las expectativas se frustran y los esfuerzos son mal recompensados. En ese mundo es difícil que los mexicanos tengan un sentido profundo de ciudadanía, una valoración alta de lo que el Estado hace por ellos, y un reconocimiento de sus obligaciones cívicas y fiscales. En ese mundo la relación de los ciudadanos con el Estado es oportunista. Su regla es: cumplo con lo ineludible y obtengo todo lo posible; me toque o no me toque. En ese mundo esas conductas, al igual que las ilegales, son redituables.