Por: Máximo Ernesto Jaramillo-Molina
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
El tema central es que en México la recaudación en su totalidad no es progresiva, a pesar de que ciertos impuestos lo sean. Van algunos ejemplos para ilustrar claramente lo anterior. En el país, el 10 % más rico se queda con 63 por ciento de los ingresos totales, y aporta sólo el 54 por ciento del total de impuestos recaudados. Es decir: los más ricos ponen en proporción menos que lo que reciben. El problema es que esos impuestos que los más ricos no pagan los termina poniendo el resto de la población. El 50 por ciento de personas en “estrato medio” en el país (deciles V al IX) se queda sólo con 29 por ciento del total de los ingresos, pero pagan 40 por ciento de los impuestos. Por cierto, estas cifras podrían ser más precisas si el SAT cumpliera su obligación legal de publicar datos anónimos de declaraciones fiscales, lo cual no hace desde hace cinco años, en desacato a una resolución del INAI.