Por: Jimena Hernández Fernández y Aide Fernanda Espejel Farias
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Por diseño, las transferencias educativas de esta administración no se dan bajo ningún condicionamiento; sin embargo, creemos que éstas deberían cumplir con criterios mínimos de verificación y monitoreo para poder incidir efectivamente en la población objetivo. Creemos, por ejemplo, que los CEAPs de La Escuela es Nuestra tendrían que reportar y comprobar la adecuada aplicación de los recursos en los planteles educativos. Del mismo modo, consideramos que los programas de Becas del Bienestar deberían monitorear de manera adecuada que las y los estudiantes efectivamente estén construyendo una trayectoria educativa de permanencia y progresión dentro del sistema. En el caso de La Escuela es Nuestra, la ausencia de monitoreo de los apoyos puede generar espacios de corrupción, que es uno de los objetivos de la administración para justificar el programa. Además, más allá del monitoreo del uso de los recursos, es necesario valorar los resultados del programa; en otras palabras, se requiere estimar en qué medida está mejorando (o no) la infraestructura física de las escuelas en mayores condiciones de marginación.