Por: Carlos Monroy
Ilustración: Víctor Solís
El ejercicio que se realizará esta semana no será una consulta popular, sino una consulta realizada por una ONG con el apoyo del gobierno entrante. Claro, la decisión del próximo gobierno también tiene problemas importantes. Los dos más obvios son que no existe un arbitrio que garantice la imparcialidad del ejercicio y que por los recursos limitados y la extensión del territorio nacional es poco probable que abarque todos los municipios del país. La informalidad de la consulta significa que no es vinculante y, por lo tanto, la última palabra la tendrá López Obrador que independientemente del resultado de la consulta podría decidir cumplir su promesa de campaña de cancelar el nuevo aeropuerto.
Lee aquí el artículo completo.