Por: Marcela Valdivia Correa
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Un primer factor que debemos considerar si queremos explicar el comportamiento de las remesas durante la pandemia es la fluctuación en el tipo de cambio y la depreciación del peso desde el inicio de la pandemia. Un dólar más fuerte incentiva a los migrantes a enviar más dinero, pues su remesa tiene mayor poder adquisitivo en México. Durante la crisis del covid, el peso mexicano perdió 36 % de su valor respecto al dólar, mientras que en la recesión de 2008, la moneda mexicana se depreció 51 %. En ambos casos, se hubiera esperado un aumento en el volumen de remesas. Sin embargo, en la crisis de 2008 los flujos cayeron 17 % durante el mismo periodo. Además, durante la crisis actual países con una economía dolarizada como Ecuador o El Salvador —es decir: países que no pueden beneficiarse de una apreciación del dólar— evidenciaron patrones similares a los de México, con caídas abruptas durante abril de 2020 y recuperaciones constantes a partir de la segunda mitad del año.