Repensar el financiamiento de las universidades públicas estatales

El financiamiento de las universidades públicas estatales es una tarea compartida entre Federación y entidades, pero se distribuye de forma desigual.

Mientras algunos estados contribuyen con el 50 % de la carga, otros aportan menos del 20 %.
Nexos
Ciudad de México /

Por: Víctor Manuel Sánchez Valdés

Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos

Una mejor distribución de las cargas entre entidades para el financiamiento de las universidades podría ayudar a resolver, o al menos aminorar, muchos de los problemas financieros que hoy enfrentan instituciones fundamentales para el futuro del país; en conjunto, las universidades estatales concentran la mayor matrícula de educación superior, un porcentaje muy importante de la oferta académica y, junto con las universidades nacionales, son las principales generadoras de ciencia, tecnología, cultura y conocimiento. Aun cuando la actual contingencia por covid-19 le impone a los estados y a la Federación una carga extraordinaria —que hace difícil pensar en otorgar más recursos a la educación superior—, las universidades y sus egresados han demostrado ser fundamentales en la atención de la pandemia y en aportar soluciones a muchos de los problemas que se derivan de la misma. Seguir apostando por ellas es una forma de garantizar como país la capacidad de respuesta a contingencias futuras.

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