Por: Susana Ayala Reyes
Ilustración: Oldemar González, cortesía de Nexos
Más que lenguas olvidadas, lo que hay en México son personas estigmatizadas y por ello sus lenguas son minorizadas. En este sentido, urge planificar una política lingüística para la educación que relacione de manera clara la inequidad económica y social, las ideologías de discriminación y el racismo con prácticas que reviertan las actitudes e ideologías estigmatizantes. Es necesaria la valoración social de igualdad de las diversas lenguas del país incluyendo el castellano y la apertura a conocer y usar lenguas de otros lugares, como el inglés. Por ello es encomiable que el Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 proponga repensar el tratamiento del lenguaje y la lengua en la educación, pero ¿hasta dónde el Campo Formativo de Lenguajes, así como está planteado, es viable para impulsar un cambio en todos esos problemas?