Por: Leonor Ortiz Monasterio y Jorge Andrés Castañeda
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Las compras públicas son un área particularmente vulnerable a la corrupción, donde políticos y funcionarios públicos subvierten el proceso para adjudicar contratos, no en función de la calidad o el precio, sino en beneficio de ellos mismos, sus aliados o sus partidos políticos. Las consecuencias pueden ser muy costosas y peligrosas. La corrupción en las contrataciones públicas es distinta de la que existe en otras funciones gubernamentales por la participación de diferentes actores, la regulación específica y el amplio margen de discreción en la toma de decisiones. A menudo implica transacciones complejas y de alto valor que ofrecen oportunidades lucrativas. Pero, incluso para contratos más pequeños, este tipo de gasto suele ser muy vulnerable a la corrupción, el favoritismo y el soborno directo.