Por: Julio Frenk y Octavio Gómez Dantés
Ilustración: Kathia Recio, cortesía de Nexos
En un irónico giro, la austeridad republicana del nuevo gobierno —cuyo objetivo es concentrar los recursos del gobierno federal en los programas de subsidio monetario directo, el refinanciamiento de Pemex y tres grandes proyectos de infraestructura— ha dado lugar a recortes del gasto público en salud que han reducido la disponibilidad de medicamentos, médicos y enfermeras en los institutos nacionales y cientos de clínicas y hospitales públicos de todas las entidades federativas. Estos recortes del gasto social, tan propios del neoliberalismo, están obligando a las familias mexicanas a recurrir de manera creciente a los servicios privados para atender sus necesidades de salud, exponiéndose a incurrir en gastos catastróficos.