Salvajes felices

En su reciente libro Humankind: A Hopeful History (2020) Bergman sostiene que, contra lo que creemos, la “mayoría de la gente es, en el fondo, decente”.

Las calamidades no sacan lo peor, sino lo mejor de las personas, pero sistemáticamente ignoramos la evidencia frente a nuestros ojos.
Nexos
México /

Por: José Antonio Aguilar Rivera

Ilustración: Belén García Monroy, cortesía de Nexos

En un ensayo sobre la importancia de la novela 1984 de George Orwell para la teoría política, la filósofa Judith Shklar afirma que la literatura puede ser un poderoso correctivo para uno de los pecados más conspicuos de la filosofía: la intrascendencia. A menudo los teóricos se dedican a disertar en el vacío, apilando palabras que no significan nada para nadie que haya vivido o hablado en el mundo real. Es posible explorar cómo encarnan las ideas en la experiencia y eso puede hacerse no sólo a través de la historia, sino también de la ficción. A menos que estemos dispuestos a imaginar cómo sería vivir en los mundos políticos que analizamos, perderemos contacto con lo concreto. La novela satírica, “que recurre a la fantasía para disipar la ilusión”, nos revela las cosas como realmente son. Los mundos utópicos que en el papel —y en la cabeza de sus autores— parecen racionales y atractivos se muestran completamente distintos cuando imaginamos a personas habitándolos. Eso es exactamente lo que ofrece Orwell en 1984.

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