Por: Néstor de Buen Alatorre
Ilustración: David Peón, cortesía de Nexos
Es imposible que la ley sea del todo clara sin que deje ningún lugar a interpretaciones. Estas posibles interpretaciones, necesariamente se informan por las convicciones éticas y políticas de los jueces, y eso no está mal. Las cortes forman parte del sistema político y no podemos esperar que la política no informe sus decisiones. Si no hubiera ambigüedad política en la interpretación de algunas leyes, las cortes ni siquiera serían necesarias. Evidentemente sí hay ciertas cosas que están más allá de la política. Nadie esperaría que la Corte Suprema decida de pronto que la esclavitud es constitucional, pero en cuestiones legales más ambiguas es evidente que habrá desacuerdos y estos desacuerdos tendrán tintes políticos.