Por: María Elena Gómez Tagle Mondragón
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Estos días han hecho evidente otros sentidos de la escuela que no son tan notorios en la normalidad. Para empezar, como eje organizador de la vida social: cuándo inicia y termina la semana, el horario de trabajo de los padres en función del horario de los hijos, por mencionar sólo algunos ejemplos. También su enorme capacidad para resguardar y cuidar a quienes asisten a ella, y que hoy se encuentran a expensas de una complejidad de circunstancias. Y por supuesto, todas las buenas esperanzas depositadas en los procesos que promueve en torno del aprendizaje y el desarrollo de los más pequeños o jóvenes de nuestra sociedad.