Silencio en las aulas: trabajo escolar de siglo XXI con derechos de siglo XX

Tal vez el mejor aprendizaje que pueda dejar la institución y sus docentes sea el propio valor de la vida de todas y todos, el reconocimiento real a la diversidad.

Tal vez sea momento de repensar el sentido de la escuela y sus aprendizajes en momentos tan críticos como los que estamos enfrentando. (Víctor Solís)
Nexos
Ciudad de México /

Por: María Elena Gómez Tagle Mondragón

Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos

Estos días han hecho evidente otros sentidos de la escuela que no son tan notorios en la normalidad. Para empezar, como eje organizador de la vida social: cuándo inicia y termina la semana, el horario de trabajo de los padres en función del horario de los hijos, por mencionar sólo algunos ejemplos. También su enorme capacidad para resguardar y cuidar a quienes asisten a ella, y que hoy se encuentran a expensas de una complejidad de circunstancias. Y por supuesto, todas las buenas esperanzas depositadas en los procesos que promueve en torno del aprendizaje y el desarrollo de los más pequeños o jóvenes de nuestra sociedad.

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