Por: Paloma Villagómez Ornelas
Ilustración: Guillermo Préstegui, cortesía de Nexos
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2018 más de 800 millones de personas en el mundo vivían con hambre y más de dos mil millones padecían inseguridad alimentaria. En su reporte anual sobre el tema, este organismo ya adelantaba la urgencia de proteger a los sectores más vulnerables de la desaceleración económica, la falta de crecimiento y la dependencia alimentaria. En el caso de México, en 2018, 22.6% de los hogares sufrían inseguridad alimentaria moderada o severa y, de acuerdo con el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) en abril de 2020, justo en medio de la debacle, este indicador habría aumentado a 27.5%, un valor por arriba del nivel alcanzado en 2008 (alrededor de 25%), cuando las crisis económica y alimentaria mundiales afectaron dramáticamente el acceso de la población a alimentos.