Por: Miguel Torhton
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
El que los comicios sean organizados por ciudadanas y ciudadanos no ha eximido a las instituciones electorales de tener una influencia política central en la vida pública. Estos espacios ciudadanos son también de encuentro político y partidista, por lo que la selección de su Consejo General cobra relevancia en la negociación entre las fuerzas políticas. La conformación de los Consejos anteriores ha sido el resultado de distintos equilibrios de fuerzas electorales. Hay, sin embargo, una diferencia con la conformación de la dirigencia actual. Mientras los anteriores gobiernos no han tenido un interés político explícito en contra del INE, la administración de López Obrador ha dado claras señales en la búsqueda de transitar hacia un sistema de elecciones organizadas por la Secretaría de Gobernación. Para el hoy presidente, el INE ha sido un objetivo político desde hace más de una década, luego de que fundara el movimiento político que le llevó al poder a partir de una acusación de fraude en 2006 con más saliva que evidencias. El empeño por deshacerse de la institución electoral ha sido parte central de su programa político.