Por: Miguel Fernando Anguas Rosado
Ilustración: Adrián Pérez, cortesía de Nexos
En diciembre de 2020, desde Kanan Derechos Humanos A. C. se emprendieron tres litigios en contra de los ayuntamientos de Mérida, Chocholá y Mocochá, en el estado de Yucatán, puesto que decidieron colocar con recursos del erario “nacimientos de cristo” en espacios públicos. El argumento principal señala que los ayuntamientos son laicos, lo que implica un deber de actuar con neutralidad, sin venerar símbolos, prácticas o cultos de alguna religión en particular. La laicidad comprende que en México existe una pluralidad de religiones, y de no creyentes, que igualmente son libres de expresarse y realizar los cultos o símbolos. De acuerdo con el censo del Inegi (2020), el 77.7 % de la población se autodenomina como católica; el 11.2 % como protestante y evangélica; mientras que el resto profesa religiones distintas, o bien ninguna. De todas ellas, solamente el catecismo de la iglesia católica contiene per se la alabanza y veneración de imágenes relativas a personajes bíblicos, que van desde cuadros dentro de las iglesias, hasta la teatralización del “nacimiento de cristo” en los hogares de las personas practicantes. Por ello, sólo el catecismo católico venera a “cristo” de esta manera, y no es propio de otras religiones o creencias. Por tanto, que una autoridad haga alusión a dicha imagen simboliza un apartamiento de las personas que no comparten dichas ideologías.