Por: Soledad Loaeza
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
En primer lugar, el mensaje de Macron fue un llamado a toda la nación francesa para que se movilice unida contra el virus. Convocó a los franceses a promover la extensión de la vacuna a toda la población. No hizo distinción ninguna; en esta ocasión desaparecieron las barreras de la identidad política; no había derecha o izquierda; republicanos y monárquicos; gaullistas y socialistas. Macron hizo lo que hacen los presidentes en el momento en que asumen el poder: se ven a sí mismos como representantes de toda la nación, como gobernantes de todos los franceses, más allá de su filiación política. Se explica su esfuerzo por convocar a “decisiones colectivas”, porque si se trata de enfrentar una crisis nacional, el gobierno debe movilizar los recursos con los que cuenta, sin eliminar a nadie, amigo o enemigo. La magnitud del problema amerita que se dejen de lado y sin mezquindades las diferencias políticas y que los ciudadanos se hagan uno con su presidente.