Un presidente y una crisis nacional

Al cabo de la ceremonia de conmemoración de la Revolución francesa, el pasado 14 de julio, Emmanuel Macron, presidente de Francia, pronunció un discurso que era tanto una convocatoria nacional como una enérgica advertencia, a propósito de los nuevos

Convocó a los franceses a promover la extensión de la vacuna a toda la población.
Nexos
Ciudad de México /

Por: Soledad Loaeza

Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos

En primer lugar, el mensaje de Macron fue un llamado a toda la nación francesa para que se movilice unida contra el virus. Convocó a los franceses a promover la extensión de la vacuna a toda la población. No hizo distinción ninguna; en esta ocasión desaparecieron las barreras de la identidad política; no había derecha o izquierda; republicanos y monárquicos; gaullistas y socialistas. Macron hizo lo que hacen los presidentes en el momento en que asumen el poder: se ven a sí mismos como representantes de toda la nación, como gobernantes de todos los franceses, más allá de su filiación política. Se explica su esfuerzo por convocar a “decisiones colectivas”, porque si se trata de enfrentar una crisis nacional, el gobierno debe movilizar los recursos con los que cuenta, sin eliminar a nadie, amigo o enemigo. La magnitud del problema amerita que se dejen de lado y sin mezquindades las diferencias políticas y que los ciudadanos se hagan uno con su presidente.

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