Una historia de amor: origen y evolución del corazón

Sabemos que, como ocurre con el resto de los mamíferos y de las aves, el corazón humano se encuentra conformado por cuatro cámaras: dos aurículas y dos ventrículos.

Corazón | Oldemar González
Nexos
Ciudad de México /

Por: Ciara Abigail Chávez Barrera

Ilustración: Oldemar González, cortesía de Nexos

Hace mucho tiempo, en las profundidades del mar, una población de organismos largos, planos e hinchados vagaban de un lugar a otro. Aunque sus apariencias no fueron las más atractivas dentro del grupo de los animales, esta población fue importante porque fue la tátara, tátara, tátara…tatarabuela de todos los animales actuales. Su corazón, igualmente poco atractivo, estaba conformado por varios tubos pequeños rodeados de células especializadas, conocidas como miocitos, que al contraerse repetidamente permitían mover los fluidos de un lugar a otro a través de sus cuerpos. A este tipo de corazón primitivo se le conoce como bomba peristáltica. Aunque no tenemos un registro fósil de esta población animal ancestral, ni mucho menos de sus corazones, sabemos que existió porque este tipo corazón es predominante dentro del grupo de los animales. Además, todos los animales compartimos genes que se encargan del desarrollo de los diferentes músculos que conforman a nuestros corazones, heredados inicialmente de este grupo ancestral común. La gran diversidad de formas de los corazones que encontramos hoy en día entre los animales es resultado de la adición de nuevas estructuras y funciones a este tipo de corazón primitivo.

Lee aquí el artículo completo.

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.