Una pequeña historia de cómo salvar la vida de muchas mujeres

La OMS estima que las mastografías como revisión preventiva han reducido la probabilidad de muerte en un 20 %. Si el cáncer de mama es detectado en etapas tempranas, hay una probabilidad de cura mayor al 90 %.

Una pequeña historia de cómo salvar la vida de muchas mujeres.
Nexos
Ciudad de México /

Por: Olga Olinca Galván De la Cruz

Ilustración: Oldemar González, cortesía de Nexos

Una mastografía es una imagen de la mama obtenida por medio de rayos X. El estudio completo consiste en dos imágenes para cada seno, las cuales son tomadas en dos direcciones: de la cabeza a los pies (cráneo-caudal) e inclinada apuntando hacia los pies (mediolateral oblicua), con un equipo diseñado y fabricado única y exclusivamente para este fin. Los especialistas buscan en estas imágenes o mastografías anomalías anatómicas, masas con características especiales o puntos blancos particulares que son llamadas microcalcificaciones. Las mastografías deben ser de la mejor calidad posible, o sea que requieren de una alta resolución espacial para poder ver objetos muy pequeños, así como alto contraste, es decir, debe ser posible distinguir entre dos objetos que tienen un color parecido, como se muestra en la primera figura.

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